Partiendo de la concepción, de que la tierra entera es un gran país sin fronteras, desde este nuevo paradigma hay lugar para todas las culturas y conocimientos; como podemos ver estamos ligados desde nuestra condición humana, intercomunicados globalmente, lo que nos permite ser cada vez más concientes los unos de los otros y cada día somos más los que aprendemos a usar el cerebro para transformar los conflictos en el mundo.
Conflictos que llevan al ser humano a una situación desesperada de muerte, hambre, pobreza permanente, inestabilidad de la paz por la vía armamentista, el saqueo de los recursos naturales no retornables de todo el planeta, estados aferrados a viejos paradigmas, que van quedando atrás.
En este cambio que atravesamos es fundamental la confianza, es no creerse que la mirada de uno es mas elevada que “la mayoría de la gente”, suponer que los demás tienen menor interés por las cosas, que son más rígidos, que no están dispuestos al sacrificio, puede llevar a engaño y autoconvencernos de que somos una minoría. Y la verdad no es así ya que si tomamos una cantidad equis de personas y les preguntamos si están de acuerdo con el hambre, la violencia, la corrupción, la impunidad, la doble moral, seguramente todas nos dirían que no están de acuerdo; por lo tanto, cuando consideramos que por pensar así somos una minoría , estamos equivocados; ¡somos mayoría!
El ser humano naturalmente quiere sentirse pleno, vivir en paz, en un estado productivo, contar con alimentos, disfrutar de un ambiente sano, sea cual sea la filosofía que cada uno tenga. Si esto es así ¿Qué es lo que nos separa y aleja?. Nos divide la falta de confianza, la desconfianza, las viejas categorías conceptuales ( derecha izquierda, ricos pobres, blanco negro, creyente ateo, oriente occidente, conquistadores aborígenes) en definitiva el que no es igual que yo, el que no piensa como yo, el diferente no es aceptado. El miedo a lo desconocido, paraliza y genera desconfianza.
Esta desconfianza se desvanece en la medida que nos comunicamos e intercambiamos ideas y nos damos la oportunidad de pensar juntos.
En este nuevo paradigma surgen movimientos, redes y publicaciones, que reúnen personas de todo el mundo para una causa común.
La transformación no tiene patria.
“El hambre sigue existiendo a causa del convencimiento del antiguo paradigma (economicista mercantilista) de que no es posible alimentar a toda la población mundial”.
El nuevo paradigma es que la humanidad entera tenga alimentos, paz y cuidado del planeta, que es nuestro hogar.
Conflictos que llevan al ser humano a una situación desesperada de muerte, hambre, pobreza permanente, inestabilidad de la paz por la vía armamentista, el saqueo de los recursos naturales no retornables de todo el planeta, estados aferrados a viejos paradigmas, que van quedando atrás.
En este cambio que atravesamos es fundamental la confianza, es no creerse que la mirada de uno es mas elevada que “la mayoría de la gente”, suponer que los demás tienen menor interés por las cosas, que son más rígidos, que no están dispuestos al sacrificio, puede llevar a engaño y autoconvencernos de que somos una minoría. Y la verdad no es así ya que si tomamos una cantidad equis de personas y les preguntamos si están de acuerdo con el hambre, la violencia, la corrupción, la impunidad, la doble moral, seguramente todas nos dirían que no están de acuerdo; por lo tanto, cuando consideramos que por pensar así somos una minoría , estamos equivocados; ¡somos mayoría!
El ser humano naturalmente quiere sentirse pleno, vivir en paz, en un estado productivo, contar con alimentos, disfrutar de un ambiente sano, sea cual sea la filosofía que cada uno tenga. Si esto es así ¿Qué es lo que nos separa y aleja?. Nos divide la falta de confianza, la desconfianza, las viejas categorías conceptuales ( derecha izquierda, ricos pobres, blanco negro, creyente ateo, oriente occidente, conquistadores aborígenes) en definitiva el que no es igual que yo, el que no piensa como yo, el diferente no es aceptado. El miedo a lo desconocido, paraliza y genera desconfianza.
Esta desconfianza se desvanece en la medida que nos comunicamos e intercambiamos ideas y nos damos la oportunidad de pensar juntos.
En este nuevo paradigma surgen movimientos, redes y publicaciones, que reúnen personas de todo el mundo para una causa común.
La transformación no tiene patria.
“El hambre sigue existiendo a causa del convencimiento del antiguo paradigma (economicista mercantilista) de que no es posible alimentar a toda la población mundial”.
El nuevo paradigma es que la humanidad entera tenga alimentos, paz y cuidado del planeta, que es nuestro hogar.
BertaNuñez
Publicada en La Antorcha, Agosto 2007
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