sábado, 24 de octubre de 2009

El "Secuestro de las Palabras"

Pensé en este titulo, luego de escuchar una editorial del periodista La Nata en su programa DDT.
Hacia una critica contundente, por la utilización del termino “genocidio” y “desaparecidos”.
Si mal no entendí, expresaba algo así como que - … no se debía usar la palabra genocidio ni la palabra desaparecidos, porque se devaluaba el sentido de las mismas y terminaban siendo una ofensa a las victimas de la década del 70...-
Ahora bien, desconocer o no querer ver de que existen desaparecidos en democracia y que la exclusión, el paco y en definitiva la expulsión del sistema, de una importante franja de nuestra población, sumida en la indigencia, carentes de todo derecho, invisibles, y abandonados; acaso ¿no es esto un genocidio?
No nos engañemos cuando dicen que bajo la pobreza, lo que no aclaran es que justamente no fueron incluidos sino que pasaron a engrosar las filas de la indigencia.
Ante la inexistencia de políticas publicas de alcance nacional, que incluya a toda la sociedad, la realidad nos hace pensar que lo que estamos asistiendo responde a un plan de dominación y exterminio. Porque no se puede entender que a seis años de este gobierno, la situación empeora.
Entre los puntos que define como genocidio la Convención que crea los Tribunales Internacionales (1991-1998), en el punto dos dice lo siguiente: “Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros de un grupo”.
Como las lesiones física, mentales y la muerte cada vez son mas decimos que, es un GENOCIDIO

En cuanto a los desaparecidos en democracia, los hay de todas las edades, niñas, niños, jóvenes y adultos. Se supone que caen en las redes del crimen organizado, trata de personas, trafico de drogas, trafico de órganos, trafico de armas ¿Cómo definimos sus ausencias, extraviados? NO.

Son DESAPARECIDOS.

Berta Núñez

"PACO" un GENOCIDIO DEMOCRATICO

El “paco” es la droga de los pobres en la Argentina, y su consumo ya està penetrando con fuerza en los sectores medios, es una bomba de tiempo, es un boleto al infierno con pocas posibilidades de retorno. El circuito de comercialización de esta droga mueve unos dos millones de euros diarios. Son más de 1,5 de dosis las que se compran en todo el país, y que son consumidas por jóvenes que por lo general ni estudian, ni trabajan. Un adicto consume diariamente 20 dosis diarias, unas 600 mensuales cada una cuesta 5 pesos (un euro), quiere decir que para mantener el nivel de consumo se requieren unos 700 euros al mes cifras espeluznantes teniendo en cuenta que este dinero en su gran mayoría se obtiene delinquiendo. En 1977, un grupo de mujeres, que no se conocían entre sì, comenzó a dar vueltas alrededor de la plaza de Mayo para exigirle a la dictadura militar la aparición con vida de sus hijos secuestrados, sus pañuelos blancos quedaron como símbolo de resistencia, treinta años mas tarde , otras madres con otros pañuelos recorren la misma plaza, esta vez los pañuelos son negros, los llevan las madres en lucha contra el “paco” que le solicitan al Estado que deje de mirar para otro lado. Por que esta vez en lugar de desaparecer los jóvenes se convierten en verdaderos “zombies” con daños neuronales irrecuperables ya lo estamos viendo en zonas de capital y en el conurbano bonaerense. Las madres en lucha conocen bien los efectos que causa esta droga que llegó a los barrios pobres de la mano del colapso económico del 2001, y las autoridades parecen no dar cuenta de lo que ocurre o no pueden visualizar este fenómeno en su justa dimensión aunque son advertidos por diferentes sectores sociales. Las victimas del “paco” son los nuevos desaparecidos, pero a diferencia de lo que ocurrió en los años 70 están a la vista de todos. Luchar por nuestros hijos ya no es una obligación; es una necesidad.

Lic.Eliseo Sardi (Psicologo-Master en Drogadependencia)

E.Mail .carcabra2002@yahoo.com.ar