El “paco” es la droga de los pobres en la Argentina, y su consumo ya està penetrando con fuerza en los sectores medios, es una bomba de tiempo, es un boleto al infierno con pocas posibilidades de retorno. El circuito de comercialización de esta droga mueve unos dos millones de euros diarios. Son más de 1,5 de dosis las que se compran en todo el país, y que son consumidas por jóvenes que por lo general ni estudian, ni trabajan. Un adicto consume diariamente 20 dosis diarias, unas 600 mensuales cada una cuesta 5 pesos (un euro), quiere decir que para mantener el nivel de consumo se requieren unos 700 euros al mes cifras espeluznantes teniendo en cuenta que este dinero en su gran mayoría se obtiene delinquiendo. En 1977, un grupo de mujeres, que no se conocían entre sì, comenzó a dar vueltas alrededor de la plaza de Mayo para exigirle a la dictadura militar la aparición con vida de sus hijos secuestrados, sus pañuelos blancos quedaron como símbolo de resistencia, treinta años mas tarde , otras madres con otros pañuelos recorren la misma plaza, esta vez los pañuelos son negros, los llevan las madres en lucha contra el “paco” que le solicitan al Estado que deje de mirar para otro lado. Por que esta vez en lugar de desaparecer los jóvenes se convierten en verdaderos “zombies” con daños neuronales irrecuperables ya lo estamos viendo en zonas de capital y en el conurbano bonaerense. Las madres en lucha conocen bien los efectos que causa esta droga que llegó a los barrios pobres de la mano del colapso económico del 2001, y las autoridades parecen no dar cuenta de lo que ocurre o no pueden visualizar este fenómeno en su justa dimensión aunque son advertidos por diferentes sectores sociales. Las victimas del “paco” son los nuevos desaparecidos, pero a diferencia de lo que ocurrió en los años 70 están a la vista de todos. Luchar por nuestros hijos ya no es una obligación; es una necesidad.
Lic.Eliseo Sardi (Psicologo-Master en Drogadependencia)
E.Mail .carcabra2002@yahoo.com.ar
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