Consejos y secretos de un grande de la pintura
Sobre el reconocimiento, la disciplina en el trabajo y el arte más allá del formato
“Todo estilo es una cárcel” nos dice quien ha realizado varias obras públicas, tales como murales y esculturas
-En la actualidad cuales son sus actividades, ¿nos podría comentar sobre lo que está haciendo?
-No hay mucha variante, lo que estoy haciendo es lo que he hecho desde hace muchos años, que es pintar. Claro que, en esa misma actitud, siempre hay cambios, hay renovaciones. Tenemos que estar siempre alertas y receptivos a los cambios. Y en la obra eso es muy importante, porque siempre se produce un hecho nuevo y eso es lo que hace importante la realización. Alguna vez dije:”todo estilo es una cárcel”. Sobre todo lo que quise decir por aquel que, a lo mejor, tiene algún éxito , le va bien con alguna determinada pintura y ya “se ata” y cree que tiene que seguir haciendo eso. En cambio si uno acepta los cambios que se van produciendo siempre va a ser uno mismo pero no repitiéndose.
-En la Argentina, ¿cuesta llegar a un reconocimiento?
-Eso es un hecho inevitable, sobre todo en nuestro país, como todos sabemos lamentablemente, donde la cultura es un poco “el último orejón del tarro”. El reconocimiento que llegue tarde o a veces mas temprano, no tiene nada que ver con la obra. La historia del arte nos da ejemplos muy claros: Van Gogh nunca vendió un cuadro; Picasso podía vivir mejor que un Rey; pero yo estoy seguro que si cambiamos esas circunstancias externas, o sea que Van Gogh hubiera vendido mucho y Picasso nada, lo que estoy seguro que serían grandes artistas igual; porque es “artista aquel que supera todos los inconvenientes entre el y la obra”; y los inconvenientes son de todo tipo: económicos, sociales, físicos, psicológicos. Es raro que alguien no tenga inconvenientes, pero cuando uno los va superando a lo mejor llega a una obra.
-¿Cómo ven en el exterior nuestro arte?
-Por un lado está el mercado y por el otro el arte. A veces se tocan, no necesariamente hay intereses; entonces la difusión, justamente, de nuestro arte en el exterior es muy pobre y limitada, exceptuando aquellos que han podido salir un poco individualmente, muchas veces solitariamente y a pulmón, que logran exponer en algunos lados. No se puede hablar de un reconocimiento, ni siquiera, de un conocimiento de Argentina, se conocen individualidades pero no como algo global.
-¿Cómo y cuándo llega la inspiración?
-Yo creo mucho en la auto disciplina. Creo que en ese sentido se ha confundido mucho el arte con el vino, el arte con la droga, el arte con la bohemia. Yo he conocido muy lindos bohemios que son muy malos artistas. Todo artista que ha hecho una obra ha trabajado mucho más de lo que la gente cree; el hecho de que uno vaya al taller todos los días, se ponga a trabajar, cuando llega aquello que se llama “inspiración” o lo que sea, nos va agarrar “con las manos en la masa”. Porque si yo estoy tirado en una cama, y borracho o drogado, no puedo pintar y por más inspiración que venga, la obra no se hace.
-¿Pintar ayuda emocionalmente?
-Es una manera de vivir. En mi caso particular me ha acompañado toda mi vida; no se si sabría realmente hacer otra cosa. Y eso, también ha permitido de que tenga emociones distintas, la vida misma va produciendo diferentes emociones: a veces positivas, a veces negativas, las suma de esas emociones son las que ayudan a pintar.
-Si empieza una obra teniendo un mal momento, ¿la deja por determinado tiempo y la vuelve a retomar?
-Yo no creo que las obras sean motivos de estados de ánimos, la obra va mucho más allá, es algo mucho más profundo. El mejor ejemplo de ver, los cuadros de Van Gogh: los más luminosos, los de más coloridos, los más vitales fueron creados cuando el pasó los peores momentos; si uno va ha pensar que la pasaba tan mal, tendría que haber hecho cuadros muy negativos, sin embargo, eran cuadros positivos.
-¿Qué opina del arte digital?
-Creo que el arte tiene muchas posibilidades diferentes. La misma tecnología va incorporando nuevas maneras, pero yo siempre digo que mientras exista u ser humano con un carbón en la mano y trace una línea, siempre va poder hacer algo totalmente diferente y en forma distinta de todo lo que se hizo en la historia del arte; es decir, el elemento no es lo que hace la obra, es el artista el que lo realiza y en ese sentido, puede usar cualquier método. Si es verdaderamente artista va a llegar a hacer una obra y si no lo es, así lo haga con un pincel y óleo, tampoco va a hacer una obra de arte.
-Hoy por hoy, ¿los jóvenes podrían vivir de la pintura?
-Eso viene un poco colacionado a aquello que hablábamos, porque esas son posibilidades diferentes, son muy distintas; lo que si tenemos que tener siempre en cuenta, es saber que no es lo mismo pintar para vender que tratar de vender lo que uno pinta. El artista lo único que puede pensar es en su propia obra, venda o no venda. Ahora, que haga lo posible por venderlo o exponerlo, eso viene después.
-Un deseo para nuestro país, como artista, como persona que viaja y conoce otros lugares…
-Como artista, y como ser humano, uno no está exento de lo que nos ocurre: hace poco me hicieron un reportaje y me preguntaron si yo era feliz. Y yo digo: esa es una palabra “tan grande”, que uno sería un inconsciente si dijera que sí, porque al margen de lo que a uno le pasa en forma personal, hay gente con tantas necesidades y realmente la pasan tan mal, que uno no puede utilizar es palabra. Eso mismo me lleva a tener u deseo, que vislumbro en éste momento. Posiblemente, ahora queremos que, de luna vez por todas, por lo menos, haya algún cambio y sobretodo u cambio moral que es lo que más necesitamos en nuestros dirigentes.
Entrevistado por M. Isabel Rego - Junio 2004 - Periódico Sin Límites
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