A la buena de Dios…?
Nacer, vivir y morir es la secuencia lógica de la vida, y aunque el último estadio no sea sencillo de asumir, es entendible cuando la naturaleza es quien así lo dispone. –Pero cuando es la consecuencia lógica de la negligencia de funcionarios y empleados administrativos es imperdonable-.
El programa Federal de Salud (PROFE – SALUD) es un programa del Gobierno Nacional que tiene como objetivo brindar cobertura médica integral por la comisión Nacional de pensiones no contributivas otorgadas y a otorgarse por la comisión Nacional de Pensiones Asistenciales, sin ningún tipo de cobertura de servicios de salud.
Entiéndase al universo de Individuos que más lo necesitan y menos posibilidades tienen.
Las prestaciones, obviamente, se encuentran establecidas por el Programa Médico obligatorio (PMO) y otras leyes nacionales en vigencia.
En Argentina los discapacitados que con pocos o ningún recurso caminan golpeando puertas esperando soluciones que nunca llegan, necesitan ser escuchados, atendidos e incluidos, pero no lo logran. Enfermos que deben mendigar en hospitales desabastecidos, en infinitas oficinas y en las propias sedes de los Ministerios de Salud, y que después de enfrentarse con millones de barreras, horas de espera y viajes interminables nunca encuentran una solución.
Como le explica una madre desanimada a su hijo enfermo que las drogas oncológicas están agotadas y que deberá esperar cuando su enfermedad avanza día a día porque es joven no tiene tratamiento.
Que calidad de vida puede gozar un enfermo que necesita estar conectado a un tubo de oxígeno para vivir dignamente cuando la prestadora Social a la que pertenece solo le brinda la posibilidad de 16 horas semanales de suministro de oxígeno para “subsistir”.
Es cierto que tampoco hay forma de explicar que afiliados cautivos a una Obra Social como IOMA no reciban medicamentos, o deban padecer demoras de meses para autorizar prácticas médicas y en el mejor de los casos, si logran acceder a la prestación, muy probablemente ya el estudio sea obsoleto. En muchos casos, hablamos de afiliados que aportaron años de sus vidas a fin de mantener el servicio de éstas obras sociales pero que al momento de necesitarlo no reciben contraprestación alguna.
Nacer, vivir y morir es la secuencia lógica de la vida, y aunque el último estadio no sea sencillo de asumir, es entendible cuando la naturaleza es quien así lo dispone. –Pero cuando es la consecuencia lógica de la negligencia de funcionarios y empleados administrativos es imperdonable-.
El programa Federal de Salud (PROFE – SALUD) es un programa del Gobierno Nacional que tiene como objetivo brindar cobertura médica integral por la comisión Nacional de pensiones no contributivas otorgadas y a otorgarse por la comisión Nacional de Pensiones Asistenciales, sin ningún tipo de cobertura de servicios de salud.
Entiéndase al universo de Individuos que más lo necesitan y menos posibilidades tienen.
Las prestaciones, obviamente, se encuentran establecidas por el Programa Médico obligatorio (PMO) y otras leyes nacionales en vigencia.
En Argentina los discapacitados que con pocos o ningún recurso caminan golpeando puertas esperando soluciones que nunca llegan, necesitan ser escuchados, atendidos e incluidos, pero no lo logran. Enfermos que deben mendigar en hospitales desabastecidos, en infinitas oficinas y en las propias sedes de los Ministerios de Salud, y que después de enfrentarse con millones de barreras, horas de espera y viajes interminables nunca encuentran una solución.
Como le explica una madre desanimada a su hijo enfermo que las drogas oncológicas están agotadas y que deberá esperar cuando su enfermedad avanza día a día porque es joven no tiene tratamiento.
Que calidad de vida puede gozar un enfermo que necesita estar conectado a un tubo de oxígeno para vivir dignamente cuando la prestadora Social a la que pertenece solo le brinda la posibilidad de 16 horas semanales de suministro de oxígeno para “subsistir”.
Es cierto que tampoco hay forma de explicar que afiliados cautivos a una Obra Social como IOMA no reciban medicamentos, o deban padecer demoras de meses para autorizar prácticas médicas y en el mejor de los casos, si logran acceder a la prestación, muy probablemente ya el estudio sea obsoleto. En muchos casos, hablamos de afiliados que aportaron años de sus vidas a fin de mantener el servicio de éstas obras sociales pero que al momento de necesitarlo no reciben contraprestación alguna.
Saramago en su libro “Las intermitencias de la muerte” relata la historia de un lugar en el que la muerte deja de “trabajar” y describe todo lo que ésta situación genera en la gente y en el lugar. Pero desafortunadamente, esto es la vida real y por mucho que recemos, la parca estará entre nosotros, por ello debemos ser extremadamente cautelosos y evitar que los desenlaces fatales sucedan porque sí o mejor, hacer lo posible porque no sucedan.
Creemos desde ésta Defensoría que el programa PROFE-SALUD dependiente del Ministerio de Salud de la Nación y gerenciado por la Provincia de Buenos Aires por IOMA es el responsable de la violación permanente del derecho a la vida, a la salud y a la integridad física consagrados en nuestra Constitución Nacional, Provincial y en los Tratados Internacionales incorporados a nuestro ordenamiento legal, y lo peor, nadie lo toma en cuenta.
Acompañamos desde este lugar el denodado esfuerzo de infinidad de médicos, asistentes y personal de los distintos centros de salud que luchan contra la inoperancia de un sistema de salud colapsado que al parecer está acéfalo, ya que nadie le compete instrumentar políticas públicas necesarias para recomponer este desastre.
Un país con enfermos y sanos sin esperanzas es un país con pocas posibilidades de salir adelante y con muy pocos Derechos Humanos.
Dr. Sebastián Vinagre
Defensor del Pueblo de Avellaneda
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